Alertan sobre permisología para instalación de plantas desaladoras: permisos tardan hasta 8 años

Un nuevo proyecto llamado Aguas Marítimas tiene como objetivo revolucionar la industria del litio en el norte de Chile, invirtiendo $5 mil millones en un proyecto de desalinización. El proyecto proporcionará una fuente alternativa de agua para las operaciones mineras en el desierto, lo cual es crucial para el éxito de la Estrategia Nacional del Litio. Al lanzarse la Estrategia, en abril de este año, el Presidente Gabriel Boric exigió que los yacimientos restringieron al máximo su uso de agua continental.

Albemarle, una de las principales compañías mineras de litio, ha formado una alianza con Aguas Marítimas y planea utilizar agua de mar desalinizada en sus operaciones. Sin embargo, alcanzar el desafío no es fácil debido a la permisología y las excesivas demoras en las autorizaciones. El presidente de la Asociación Chilena de Desalinización, Carlos Foxley, comentó que la “permisología es una pesadilla. En promedio en Chile una planta desalinizadora se está demorando alrededor de ocho años en conseguir los permisos. El permiso más complicado por lejos es la concesión marítima y después viene un montón de otros permisos, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y hay permisos que dependen de la Dirección General de Agua (DGA) que es de obra hidráulica mayor. Ese permiso tarda una barbaridad”.

La empresa que desarrolla la mega desaladora, Cramsa, ya ingresó el proyecto al Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA) y espera obtener las concesiones restantes, ya que sin la desalinización, sería imposible cumplir con las exigencias de la Estrategia Nacional del Litio. “Sin el aporte de recursos hídricos provenientes de agua desalinizada de mar, es una quimera pensar en el éxito de la Estrategia Nacional del Litio”, comentó Hugo Lecaros, gerente de asuntos corporativos de Cramsa.