Movimientos del Maule explican su desacuerdo con proyecto de torres de alta tensión

Distintos movimientos y organizaciones han manifestado su desacuerdo con el proyecto “Sistema de Transmisión Zonal Grupo 3 S/E Itahue- S/E Hualqui” de la empresa Mataquito Transmisora de Energía S.A. - Celeo Redes, el cual considera la construcción y operación de torres de alta tensión a lo largo de 406,93 km, cruzando las regiones de Maule, Ñuble y Biobío, en las cuales se verían involucradas localidades como: Nonguén, Chiguayante, Tomé, Biobío, Coelemu, Quirihue, Cauquenes, Empedrado, Nirivilo, Villa Prat, Hualañé, Molina, entre otras. 

El desacuerdo ha llegado a tal punto que las diversas organizaciones a lo largo de todas estas zonas, esta semana presentaron más de 700 observaciones ciudadanas ante el Servicio de Evaluación Ambiental en contra este proyecto, que tendrían una respuesta en el mes de noviembre.

Desde la región del Maule, María Teresa Romero, vocera del movimiento “Mataquito Libre” en Hualañé, explicó que en esta zona rural viven gran cantidad de adultos mayores, que están rodeados de elementos muy propios de la zona como el cerro Chiripilco, el río Mataquito que aporta activamente en la agricultura del lugar.

Dicho esto, aseguró que este proyecto pone en riesgo tanto a la comunidad, como a la flora y fauna nativa de la zona “acá en el sector de Remolino por ejemplo, muchas personas se dedican a la apicultura y las torres pretenden instalarse muy cerca de allí, entonces eso significa un riesgo tremendo para las abejas, y a su vez, para la polinización de la flora del sector”.

RIESGOS DEL PROYECTO

Bajo esa línea, el movimiento Libres de Alta Tensión, indicó a través de un comunicado que este proyecto, “significa muerte de aves por colisión, electrocución y desorientación, muerte de insectos polinizadores, especialmente de las abejas, aumento de riesgo de incendios forestales, corresponde un riesgo también para las aguas, generando erosión del suelo y contaminación del aire”.

Añadieron que a nivel socioeconómico y sociocultural, “existirán daños a la propiedad, desde la expropiación de los terrenos, hasta la desvalorización de los terrenos cercanos a la utilización de la zona para la instalación de torres y tendido eléctrico”.

En cuanto a la salud humana, aseguraron que existe evidencia científica respecto a los graves daños “asociados a la exposición de ruidos y electromagnetismo, pudiendo generar trastornos variados al organismo e incremento de algunos tipos de cáncer, con énfasis en embarazadas y leucemia infantil. El mismo Colegio Médico de Chile interpeló en 2015 a la presidenta Michelle Bachelet, expresando el rechazo a la posible instalación de torres de alta tensión en Valle del Elqui, según palabras del Dr. Andrei Tchernitchin, entonces presidente del Departamento de Medio Ambiente del COLMED el peligro es que los tendidos de alta tensión ‘producen radiación electromagnética, los que producen alteraciones en el organismo, leucemias, cáncer cerebral, de mamas masculinos y femeninos, daños neurológicos, depresión, suicidios, etc.’”.



Otras localidades de la región como Pelluhue, Chanco, Curanipe y Cauquenes, también están en contra de este proyecto. Ricardo Palacios, parte de la coordinadora “No a las torres de tensión”, señaló que “al menos en Cauquenes las torres incluso pasarían por una zona donde hay 4 mil habitantes”, algo que asegura es devastador para las personas.

Siguiendo esa línea, Hector Bravo, vecino de Santo Toribio, señaló que el proyecto “Afecta al 31% de la actividad turística, se van a poder expandir hasta donde esté el trazado y al menos en Cauquenes este trazado pasa cerca de 101 casas, pasa incluso sobre algunas viviendas, está a 300 metros de un colegio básico, está a 150 metros de la población Fernandez, entonces este proyecto no respeta ni siquiera el plano urbano”.

Pese a todos los riesgos antes expuestos, en los que concuerdan algunas organizaciones, Maria Teresa, agregó que hasta el día de hoy algunas personas creen que el proyecto podría traer algún beneficio a nivel energético a la comunidad, cuando “en ninguna parte del proyecto se indica que parte de esta energía va a llegar a la ciudadanía, no se especifica tampoco a dónde va a llegar esta electricidad, pero sabemos que va en dirección de grandes empresas”.